El poder analgésico del hielo: trucos para aplicarlo bien en lesiones y sobrecargas

Beneficios del agua fría con hielo para tus pies

Sumergir los pies en agua fría con hielo es un remedio sencillo, económico y sorprendentemente eficaz para aliviar cansancio, estimular la circulación y activar el bienestar general. Aunque al principio pueda resultar incómodo, sus beneficios se notan de inmediato.

En la planta de los pies se concentran cientos de terminaciones nerviosas conectadas con todo el organismo. Por eso, en diversas prácticas orientales se considera una “puerta de acceso” al equilibrio del cuerpo y al sistema inmunitario.

Por qué el agua fría con hielo es tan beneficiosa

La exposición breve al frío produce una contracción vascular que mejora el retorno sanguíneo. Las piernas sufren mucho por la gravedad: es fácil que la sangre baje, pero no tanto que suba. Este baño de agua fría ayuda a impulsar la circulación hacia el corazón.

Además, este estímulo térmico puede ayudar a fortalecer la respuesta inmunitaria del organismo gracias a los cambios rápidos de temperatura.

Eso sí, para obtener buenos resultados es recomendable hacerlo con una mínima disciplina y siguiendo un método sencillo.

Cómo realizar el tratamiento

Este protocolo está pensado para hacerse durante 15 días, preferiblemente por la noche, cuando el cuerpo se relaja.

Qué necesitas

• Un cubo o barreño suficientemente profundo para cubrir los pies.
• Agua fría.
• Unos 18 cubitos de hielo.

Cómo se hace

• Llena el recipiente con agua y añade el hielo.
• Cuando esté bien fría, introduce los pies durante solo 15 segundos.
• Los primeros segundos pueden doler, pero es normal: el cuerpo más caliente transfiere calor al más frío hasta equilibrarse.

Este contraste mejora la oxigenación del organismo y contribuye a que músculos, huesos y órganos reciban mejor los nutrientes.

Cuando estás resfriado, también puede ayudar

Este baño de pies no solo es preventivo. También puede resultar útil cuando ya estás sufriendo un catarro o gripe leve. En esos casos, se recomienda repetir el proceso durante varias horas, siempre realizando pausas para evitar molestias o irritación.

El frío ayuda a disminuir la fiebre de forma natural y estimula la reacción del sistema inmunitario. Se puede alternar con baños de agua caliente para favorecer la eliminación de toxinas.

Esta combinación de frío y calor vigoriza el cuerpo y ayuda a expulsar lo que sobra, a la vez que aporta relajación y bienestar.